Pablo Roveda fue una de las revelaciones del rugby de la Unión de Mar del Plata en la temporada 2011, y su buen nivel se prolongó el año pasado, aun cuando el rendimiento de Los Cardos estuvo lejos de ser bueno. El rubio delantero impresionó con sus potentes arranques y su defensa agresiva, actuando como tercera línea, aunque luego demostró su versatilidad para formar de pilar. Se ganó rápidamente un lugar entre los titulares verdes, y sus actuaciones también le valieron una convocatoria al seleccionado Sub 21 de Mar del Plata. Sin embargo, este año apenas jugó unos partidos de pretemporada con el plantel superior de Los Laureles. Es que decidió hacer un viaje a Australia para radicarse por un tiempo junto a su hermano Martín, otro ex jugador verde que vive en Oceanía desde hace un año.
“Andaba con ganas de hacer un viaje y mi hermano ya estaba acá desde hace un año. Me contó un poco como era la mano y me vine. Estoy en Airlie Beach que es una ciudad chica, muy turística, donde la mayoría de los habitantes son extranjeros que vienen por un tiempo y después siguen viaje. Y el equipo de rugby de acá sigue esa misma línea, así que hay varios argentinos y extranjeros y muy buena onda”.
Roveda juega en un club amateur de Australia llamado Whitsundays Raiders, que pertenece a la Unión de Mackay. El equipo tiene a cinco argentinos, incluidos los dos tandilenses: «Hay un par de equipos que son muy buenos, pero los demás serían como una Intermedia o una Pre de Argentina. Ahora ya termino la temporada y algunos se fueron, pero los que jugaron con nosotros fueron Santiago Domínguez, de Atlético del Rosario, Santiago Fijalkauskas, de de Buenos Aires y Martín Barreneche, de Mar del Plata Club.
Pablo no tiene muy claro hasta cuando durará su viaje: “Se extraña mucho. Siempre que puedo hablo con alguno de los chicos para que me cuenten como le va a Los Cardos y también lo sigo bastante por Internet.
Hace unos días, los Whitsundays Raiders se consagraron campeones de su Unión: “Tuvimos la posibilidad de jugar la final en Inter y en Primera contra Kuttabul, un equipo que durante el año nos había ganado tres de los cuatro partidos que jugamos. Además nos había ganado la final del año pasado. Por suerte jugamos uno de los mejores partidos y ganamos 21-3 en Primera y 32–12 en Inter. Fue muy lindo porque el club no ganaba desde el 95 y fue la primera vez que se sale campeón en las dos divisiones. Se festejó mucho”.
