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Bordoy: «Nacho no para de progresar»

Andrés Bordoy fue uno de los más activos del staff técnico de Jaguares durante los entrenamientos que lleva a cabo la franquicia argentina en Tandil, como parte de su preparación para el Super Rugby 2020. El exhooker, con altura inusual para ese puesto (1.86m), se movió muy cerca de los jugadores con permanentes indicaciones para los forwards.

Con apenas 37 años, tiene una amplia experiencia como especialista en el scrum, faceta para la que fue convocado a fines de 2018 por Gonzalo Quesada, buscando potenciar una formación venida a menos en el rugby argentino en general a nivel internacional.

Bordoy fue convocado a Los Pumas en el proceso previo al Mundial de Nueva Zelanda 2011, donde compitió por el puesto con Mario Ledesma, actual entrenador del seleccionado nacional y Agustín Creevy, hoy uno de sus dirigidos en Jaguares. Formado en Duendes de Rosario, hizo la mayor parte de su carrera en el exterior, jugando para Brive, La Rochelle y Pau, equipo en el que se retiró en 2013 y al que volvió un año después como entrenador de scrum y asistente físico. Allí conoció a Ignacio Calles y fue uno de los sostenes del tandilense en esos primeros años complicados de Section Paloise: “Nacho llego a la Academia de Pau, los Espoirs, lo que sería la M23 de acá. Estaba en una situación difícil, porque llegó como hooker y en ese puesto ya había tres profesionales, más otro jugador que también se entrenaba con nosotros. Así que tuvo que trabajar muy fuerte, y lo hizo a conciencia. Yo le propuse jugar también de pilar izquierdo, para que tuviera más opciones, y la verdad es que le agarró la mano muy rápido, se entrenó bien, físicamente se desarrolló mucho. Entendió el esfuerzo que tenía que hacer para poder jugar de pilar y mostró los progresos que estamos viendo ahora. Tiene una actividad en la cancha que pocos primeras líneas la tienen, así que no me sorprende lo que está viviendo hoy en el Top 14”.

Bordoy hace hincapié en los objetivos que fue cumpliendo el primera línea formado en Los Cardos desde su llegada a Francia: “Nacho hizo un trabajo cotidiano que le dio resultados. Cambió sus hábitos. Evolucionó constantemente, era una cosa a los 20 años cuando llegó, otra cosa el último año que yo estuve en Pau con él y otra cosa ahora. Tomó hábitos de profesional, de cuidarse con las comidas, tomar a conciencia los momentos de recuperación. Preocuparse por el gimnasio, el desarrollo muscular. Y después, en lo técnico, todo lo que es el estudio del sistema de juego, lanzamientos, line. Peor además de todo eso, lo más importante es el fanatismo que tiene por el rugby y la energía que le pone. Tiene un hambre que es remarcable y eso es lo que lo lleva a estar donde está”.

El rosarino fue uno de los más interesados en volver a contar con Calles en el sistema profesional argentino el año pasado: “Ya estuvo la oportunidad de sumarlo al sistema profesional argentino, pero no se pudo concretar por un tema contractual de él en Pau. Estaba formado ahí y tenía una cláusula liberatoria que no se pudo resolver. Pau no lo quiso largar, porque contaba con él para el equipo profesional, pero el interés nuestro estaba. Yo fui uno de los interesados en tratar de repatriarlo y tenerlo en nuestro sistema, pero no se pudo dar. Pero ahora él tiene que pensar en Pau, en sumar experiencia cada fin de semana para seguir afianzándose”.

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